He enloquecido Dulcemente .- Acción Poética








martes, 15 de marzo de 2011

Sólo mío. Algo tan mío como hermoso.

Intentaba con todas mis fuerzas pensar en lo que me estaba ocurriendo, pero me fue imposible. Por tal esfuerzo mis ojos se llenaron de lágrimas al punto de desbordarse por mis mejillas y perderse en mis labios.
Su hermosa y dulce voz resonaba en la habitación, tarareaba una melodía hermosa, que me era imposible reconocer, pues toda mi concentración estaba en otro asunto.

- Tranquila - interrumpió su melodía con tanta naturalidad que no fui capaz de percibir cuando dejó de tararear, pues su voz proseguía imperturbable.

No logré acceder a su petición, por el contrario mi respiración se agitó y sentí como si todas mis neuronas me hubiesen abandonado, excepto una. Una que sólo pensaba en Él.

Él me tomó por los hombros y me miró de frente, sabía lo que ocurría, era él, el único sujeto, sobre la faz de la tierra, capaz de mirarme y saber exactamente lo que ocurría.

Él, el hombre de mi vida. Diego.

Respiré hondo volví a mi realidad. Lo vi, sus ojos miel resplandecían, estaban fijos mirando nuestras manos entrelazadas. Solté nuestras manos y me lancé sobre él. Caímos al césped quedamos a escasos centímetros el uno del otro.

Esbozó una tierna, simple y hermosa sonrisa. Su sonrisa que era la prueba de que todo es posible me hizo olvidarme de absolutamente todo.

Lo amaba. Lo amaba desde hacía poco tiempo, pero con la intensidad más poderosa de este planeta.
Me extasiaba el simple hecho de contemplarlo, de tocarlo y sentirlo tan real ... Tan mío.

AMOR un sentimiento completa e inexplicablemente mágico que nos envolvía, enloquecía y en ocasiones muy frecuentes nos perdía.

El hombre de mi vida que tenía justo frente a mí me miraba como quien contempla una rosa a punto de abrirse por completo.
Nunca habíamos dicho con palabras nuestro amor, sólo éramos capaces de expresarlo. Eramos incapaces de decirlo, pues esto era un compromiso, lo cual arruinaría todo.
Éramos cómplices, éramos mucho más que una pareja y que un par de simples novios. Éramos compañeros del amor. Él era mío & yo le pertenecía.

De lo único que estábamos seguros era que esto no terminaría jamás...